III BERZAS CANDELARIA
Tras la Misa, un refrigerio, pues el día invitaba, y el astro Sol, no dejaba de recordarnos que las estaciones las determina Él y no el calendario. Gracias que en Sevilla, desde 1904, tenemos un remedio para paliar los rigores estivales.
Con el cariño de las cosas bien hechas, y respetando siempre su tiempo de cochura, pues así lo establecen los cánones de la buena cocina, las esperadas berzas vinieron a a estar dispuestas…., a eso de las tres de la tarde.
Y como en toda casa de buen orden, los mayores serán los primeros. Y así fue, los honores para nuestro Hermano Mayor, quien de seguro repetiría, pues como en la paráboloa de los panes y los peces, hubo para repetir, y para compartir, como Jesucristo nos enseñó; pues como en ediciones anteriores, de este guiso no se tira nada, y convenientemente embalado se pone a disposición de los comedores sociales.
Para la sobremesa, nuestra tradicional rifa. Este año, ¡hemos tirado la casa por la ventana!,
y hasta ¡un jamón!,
Hubo tiempo para el concurso de dibujos, contamos con esta la cuarta edicición, para la felicitación navideña de la Hermandad. Crece el número de paricipantes, y es que así lo dice nuestro lema, «nuestros niños, pintan mucho».
Y como no podía ser de otra manera, pues ese es el fin de nuestras convivencias, hubo lugar para el cante; de la mano de un grupo que germina entre los jóvenes de nuestra Hermandad, Caireles. Y para el baile, de la mano de los jóvenes y de los que son más jóvenes todavía.
Tiempos para el encuentro de grandes amigos,
de compañeros de trabajaderas,
de padres, hijos y hermanos,
Todos, bajo la cálida mirada de nuestra Madre, María Santísima de la Candelaria, y el cuidado y desvelo por Sus hijos, de Nuestro Padre Jesús de la Salud.
A todos los que pudieron compartir este día, muchas felicidades y muchas gracias, y a los que no pudieron, de seguro que el año que viene tendremos otra buena ocasión.