Sin reponernos aún de la pérdida de Luis Álvarez Duarte, otro gran artista, escultor, diseñador e imaginero nos acaba de dejar: Antonio Joaquín Dubé de Luque.  A Dubé se le encargó en 1967 la restauración del rostro de la imagen María Santísima de la Candelaria, que presentaba preocupantes señales de deterioro en su encarnadura, que era la original que gubiara Manuel Galiano en 1924.

Nada más entrar la cofradía el Martes Santo de 1967 se le habilitó un espacio en el «cuarto de la cera», que está sobre la capilla bautismal de la iglesia de San Nicolás, donde procedió a su examen y restauración, que resultó de más calado al comprobar el mal estado de su rostro, dotándola de un nuevo semblante que es el que hoy conocemos. Años después Dubé sería el encargado de consolidar la estructura de la Virgen de la Candelaria, reponiendo sus brazos (1988), candelero (1990) y dedo índice de una mano (1992).

Nuestro hermano Víctor González Ramallo publicó recientemente en el Boletín de las Cofradías de Sevilla un interesante artículo titulado «Cincuentenario de la intervención de Antonio Dubé de Luque sobre la Virgen de la Candelaria».

Cada mañana de Martes Santo visitaba la iglesia de San Nicolás, podíamos saludarlo y verlo orgulloso contemplar un año más a la Virgen de la Candelaria, a la que intervino por primera vez con 24 años y a la que profesó devoción toda su vida. Descanse en paz.