Al mediodía de hoy, 1 de septiembre, ha fallecido en nuestra ciudad nuestro veterano hermano Fernando Piruat. Nacido en Sevilla el 29 de mayo de 1939, y por la cercanía de su domicilio en el Paseo de Catalina de Ribera, por donde pasaba la cofradía la noche del Martes Santo, se incorporó a nuestra hermandad en 1953. Abogado de profesión, perteneció a distintas juntas de gobierno: Secretario segundo (1967-1969), Secretario (1969-1978), Consiliario (1978-1982), Tte. Hermano Mayor (1982-1990) y vicepresidente de la Junta Rectora (2000-2004). Fue redactor y ponente de todos los proyectos de Reglas y modificaciones de las mismas desde la Fusión con la Sacramental en 1977, asesorando a nuestra corporación en los asuntos legales que se iban presentando durante más de cinco décadas.

En el Consejo General de Cofradías fue Vocal Delegado del Martes Santo (1970-1974), Vicesecretario de la Comisión de Penitencia (1972-1975) y Secretario General (1983-1988), actuando como ponente de numerosas charlas, conferencias y convivencias de Hermandades.

En su faceta de pregonero, pronunció el de la Semana Santa de Rota (1974), localidad de origen familiar, donde perteneció a la Hermandad de Jesús Nazareno. Igualmente pronunció el del LXXV Aniversario Fundacional de la Candelaria (1996) y el de la Cabalgata de Reyes Magos del Ateneo, institución a la que estuvo ligado muchos años.

 En la junta directiva del Colegio de Abogados, ocupó cargos de responsabilidad en distintas juntas de gobierno e incluso a nivel autonómico, dirigiendo la escuela de prácticas forenses. Todo sus méritos profesionales le fueron reconocidos con la concesión de la medalla de la Orden de San Raimundo de Peñafort por el Ministerio de Justicia (2015).

Gran Candelario, siempre solicito a su hermandad, incorporó a la hermandad no solo a su esposa María del Carmen Palo­mo García, sino a todos sus hijos, los hermanos Fernando, José Ignacio, Antonio y Martín Carlos, y a sus nietos. También lo hizo de una forma especial con nuestro hermano Martín Carlos Palomo García.

Que Nuestro Padre Jesús de la Salud y su Madre Bendita de la Candelaria lo acojan en su seno.  Descanse en paz.

Sus restos mortales se velarán en el Tanatorio de la S30.