Dos nuevas donaciones para nuestra Hermandad

Dos nuevas donaciones para nuestra Hermandad

El pasado viernes 17 de septiembre fueron recepcionadas por el hermano mayor  -Álvaro Delgado- sendas ofrendas que la familia Palomo Rodríguez ha querido hacer a nuestra corporación con motivo del centenario fundacional.

En primer lugar, la recuperación del llamador del paso de palio conocido como el “llamador de Quica”, una pieza de 1958 labrada por el orfebre Manuel Román Seco, cuyo distintivo era la figura de un niño nazareno, que correspondía a su sobrino Jaime Fideo Chico, que falleció aquel año. Usado durante más de treinta años, el problema principal que presentaba era la rotura anual de la figura, hasta su extinción casi total hace más de veinte años. De acuerdo con la junta de gobierno, se ha recuperado como pieza de museo para ser expuesta en nuestra Casa de Hermandad. El trabajo de orfebrería ha sido ejecutado por los Hermanos Ramos, bajo la supervisión de nuestro hermano Martín Carlos Palomo García, que les ha facilitado una fotografía original para su reproducción exacta. Nuestros hermanos Martín Carlos Palomo y su esposa María Dolores Rodríguez han costeado el trabajo de modelado y orfebrería de la figura del pequeño nazareno sobre la base existente.

La segunda donación, efectuada por nuestras hermanas María del Carmen y Fátima Palomo Rodríguez, consiste en un pañuelo para María Santísima de la Candelaria, confeccionado a mano durante tres meses de delicado trabajo por la encajera Isabel Gómez Aguilar. Posee unas características muy especiales, por estar realizado según la técnica de Cándida García Irajudo (1864-1958),  la principal y más influyente maestra de encajes de la ciudad de Sevilla durante la primera mitad del siglo XX. La  popularidad de sus diseños y el estilo único de sus encajes los distinguen de cualquier otro realizado en esos momentos en España, por lo que hay que referirse a ellos como “Encaje de Cándida”. Sus encajes no se vendían, sino que eran atesorados por las familias sevillanas, y algunas de las piezas han pasado a engrosar el ajuar de algunas Vírgenes sevillanas, como son pañuelos, tocas y mantillas.

 


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