El Nazareno que volvió a la Magdalena. Crónica del Vía Crucis extraordinario con motivo del Centenario
Sábado 27 de noviembre, 18 horas. La comitiva de casi cuatrocientos hermanos que preceden al Señor de la Salud inició su camino hacia la collación de la Magdalena, tras poco más de 140 años desde que fuera trasladado desde el templo del antiguo convento dominico a la iglesia de San Nicolás para ocupar el vacío que dejó el Cristo de Los Gitanos. De él tomó su nueva advocación de la Salud y fue origen fundacional de nuestra Hermandad en 1921.
La intención del Vía Crucis, previsto inicialmente para la cuaresma pasada, era rogar a Dios por el fin de la pandemia que nos golpea, por la curación de los enfermos, por todo el sector sanitario, funcionarios públicos, trabajadores y voluntarios que con su esfuerzo están garantizando el bien de todos en estos momentos de dificultad, por las familias que pasan necesidad, por quienes han perdido el trabajo, por los autónomos y empresarios que luchan por mantener sus negocios abiertos y por la salvación de los que han fallecido y el consuelo de sus familiares y amigos.
Las estaciones fueron rezadas a lo largo del recorrido de ida, con participación de las hermandades del Martes Santo, las que tienen titulares bajo la advocación de la Salud de nuestra ciudad, así como las de la feligresía. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Escolanía María Auxiliadora.
Uno de los momentos de más recogimiento fue la visita a la actual iglesia de Montserrat, que antaño fue el lugar físico donde residió la Hermandad de la Antigua, Siete Dolores y Compasión, y el traslado de las andas por el personal sanitario (médicos, farmacéuticos y enfermeros) hasta la iglesia parroquial de la Magdalena, donde le aguardaba su Madre de la Antigua en el altar mayor, un esperado reencuentro con su hijo tras tantos años de ausencia de aquel templo.