Hace 25 años: 25 de abril de 1992. La Candelaria es llevada a la Catedral en su paso de palio
Sevilla acababa de inaugurar su Exposición Universal cinco días antes. La Iglesia de Sevilla había preparado una Magna Exposición en el primer templo de la ciudad mostrando lo mejor de su patrimonio devocional y artístico. Dos pasos con sus imágenes titulares permanecerían seis meses bajo sus naves, el Santísimo Cristo de las Misericordias y María Santísima de la Candelaria. Abría sus puertas el 5 de mayo, pero había de producirse el traslado días antes.
Tras el Martes Santo, el paso fue desmontado a toda prisa y en pocos días aparecía de nuevo radiante en el antepresbiterio de San Nicolás. A las 8, 30 de la mañana de aquel sábado el párroco -Rvdo. D. Francisco Barragán Cordero- oficiaba la eucaristía previa a su salida.
Sin acompañamiento musical, pero sí por muchos hermanos con cirio, fue portada por los hermanos costaleros hacia la catedral por el siguiente itinerario: San José, Muñoz y Pabón, Cabeza del Rey D. Pedro, Candilejo, Plaza de la Alfalfa, Plaza de la Pescadería, Cuesta del Rosario, Villegas, Plaza del Salvador, Manuel Cortina, Plaza de San Francisco, Hernando Colón, Alemanes, Placentines y Plaza de la Virgen de los Reyes, para entrar tras el Cristo de las Misericordias -que bajaba por Mateos Gago- por la Puerta de los Palos hacia las once y media de la mañana.
En ese momento repicaban las campanas de la Giralda, y los hermanos que acompañaban con cirio a nuestra Amadísima Titular hicieron un pasillo por donde discurrió el paso, ya que no se les permitió la entrada a la Catedral por motivos de organización de la exposición.
Dada la imposibilidad de renovar las flores durante los seis meses que duraba la muestra, el exorno se hizo con flores liofilizadas confeccionadas con gran perfección en Estados Unidos, a base de claveles blancos y gladiolos.
El paso se dispuso a los pies de la nave del Evangelio, tras la puerta del Bautismo, mirando hacia la puerta de los Palos, e iluminado convenientemente, de tal modo que se veía radiante nada más acceder al interior de la Catedral por la puerta del Lagarto, lugar de entrada a la exposición.
María Santísima de la Candelaria ya estaba en la catedral. Diez días más tarde sería contemplada por decenas de miles de personas de todo el mundo. Sería el 5 de mayo.