La anual misa en sufragio del alma de los hermanos difuntos revistió el pasado sábado 6 de noviembre una especial solemnidad con motivo del Centenario Fundacional, en recuerdo de todos aquellos hermanos tanto de la Sacramental como de la de penitencia que dieron lo mejor de sí mismos para construir la que hoy vivimos.

Se dispuso tras el altar, a modo de dosel, el paño de difuntos de la Hermandad Sacramental, flanqueado por los arbotantes y rematado por la crestería del dosel de cultos, ante él los cuatro blandones con cirios color tiniebla, y el libro de hermanos difuntos junto al Estandarte. Dos piezas bordadas pertenecientes a sendas capas fluviales negras del ajuar de la iglesia embellecían los basamentos de las jarras dispuestas al pie de los arbotantes.

Fue oficiada por el párroco, D. Miguel Ángel Núñez Aguilera, con la intervención musical del coro “Fundación Alquimia”, que interpretó la Misa de Requiem del compositor francés Gabriel Fauré (1845-1924). El cuerpo de acólitos de nuestra hermandad iba revestido con dalmáticas negras, cedidas por la Hermandad de la Sagrada Mortaja.