rincon literario

PREGONES DEL COFRADE

2000 - Carlos Herrera Crusset

2002 - Manuel Rodríguez Hidalgo

2006 - Irene Gallardo Flores

2008 - Antonio García Barbeito

2009 - Miguel Ángel Moreno Domínguez

2018 - Esther Ortego Cervera

2919 - Mª Aurora García Martín


PREGONES DE JUVENTUD

X Pregón de la Juventud Isabel Mª González 


VII Pregón de la Juventud Paula Fernández 


MEDITACIONES

Meditación al Señor de la Salud (Manuel Benítez 2018) 


Meditación al Señor de la Salud (Alfredo Fernadez Tello 2017) 


Meditación al Señor de la Salud (José A. Fernadez Arnaldos 2013) 


OTROS TEXTOS A NUESTROS TITULARES

 

SALUD Y LUZ CANDELARIA (Pablo Espada Pérez) 


“María: Camino de Luz del Farmacéutico" Martin Carlos Palomo 


PRÉSTAME EL SUEÑO

Cuenta mi amigo que sigue, como tantas veces hizo, soñando con ese día especial que ha llegado a idealizar, pero que últimamente, sin saber por que, cada vez lo ve mas nítido, como si lo tuviese mas cerca, casi como si se encontrara viviéndolo. Yo, que conozco tan bien como si fuese mío el sueño de mi amigo, pues tantas veces se lo he escuchado, le digo que no siga empeñado en creerse que está viviendo lo que difícilmente vivirá, pero el tiene el anhelo de convencerme.

Me cuenta de una tradición que existe entre los cristianos de nuestra ciudad de reunirse un día de la cuaresma, el primer lunes exactamente, en torno de alguna imagen de Cristo que nos represente a todos, y ahí comienza su idealización, pues un día será su imagen, la del Dios de su casa, la elegida para tal representación y es ello lo que le alegra tanto que lleva años con la intención de convencerme para que vivamos juntos su sueño.

A mi amigo, con el que comparto hermandad y por tanto devociones, llevo los mismos años diciéndole que no, que ¿qué falta nos hace a nosotros?. A nosotros... que tenemos la suerte de tenerlo siempre para nuestra satisfacción y gozo, nosotros que sabemos de su grandeza casi desconocida, de sus milagros mas íntimos, de la serenidad de su mirada perdida, siempre buscando la nuestra para escucharnos. Nosotros que conocemos que además de no dejar nunca de abrazar la cruz de nuestros pecados, es capaz de dejarnos un huequecito entre sus brazos para rodearnos con ellos, porque su cruz somos nosotros mismos.

Y ¿Tu quieres compartirlo? -Le pregunto a mi amigo- ¿Para qué? ¿Qué necesidad tenemos? Y es entonces cuando empieza a describirme, una vez mas, su sueño, haciéndome entender que es una alegoría del dar, del regalar, del compartir el bien propio, de gozar con el gozo del prójimo.

Resulta que hoy he empezado a interesarme y le he dicho que me cuente, pues nunca he sido anhelador de irrealidades soñadas, soy mas bien batallador para que los sueños se hagan realidad.

Y comienza a contarme...
Comienza tintineando con el brillo de las llamas de unos codales que se esconden tras los vidrios de pequeños guardabrisas.
Mira hermano, pues mi amigo con la hombría de bien que lo caracteriza, me trata de ÂÂÂÂÂÂÂÂÂÂÂÃ?â??hermano. Perfuman sus flores al pasar, perfuman Salud, como Él, pues para eso ha salido.
Venía bajando, casi deslizándose, peinando adoquines para alisar el granito de los siglos, tiñendo de añiles las calles de mi barrio, todo Salud y armonía, añiles y morados de flores arrodilladas, reflejos de oscuros carmesíes estofados en oro, que recuerdan al pendón de una ciudad a la que hoy representa, que aunque por mucho tiempo lo tuvo olvidado, igual que al Rey Santo, nunca lo dejó.

Casi cuatrocientos años y hoy es el Dios de Sevilla, el de todos, mas de ellos que nuestro, hermano, que nosotros lo tenemos siempre.

Gracias a vosotros, a todos, desde el principio del sueño, por compartir con nosotros la alegría de esta dicha, gracias de antemano por ese lunes que lo haréis vuestro, gracias, dile al resto de nuestros hermanos que lo entiendan, que de eso se trata.

Gracias a esos hermanos que tienen túnicas de distinto color que la nuestra, a los que nunca lo vieron porque viven, como nosotros, martes santos eternos. Gracias a los vecinos de feligresía y a los que compartís advocación, Salud, siempre Salud; Salud artillera del barrio de San Bernardo, gracias Javier.

Gracias a la pureza de las cornetas y el redoble de Triana que ese lunes callará su música para Ti.

Gracias a vosotros, que sufristeis en el Valle las lágrimas de la lluvia, gracias por estar hoy porque podréis sacaros la espinita del agua clavada en el corazón, gracias por entender, hermanos, que el Señor de la Salud es siempre el mismo Señor de la Salud, Dios hecho hombre.

Y continua su sueño hablándome de capillas musicales junto a La Alfalfa, bajando calles que siempre son cuesta arriba; nubes de incienso del Salvador a San Francisco y de allí a la catedral, para que hasta La Sultana se arrodille a su llegada, coronada de campanas y tocada con peinecillo de Fé.

Sueño infinito de catorce estaciones de la pasión, Sevilla es Gólgota y monte de los olivos, Sevilla es Pilatos, Anas y Caifás, Sevilla es Nicodemus y José de Arimatea, Sevilla es apóstol y Zaqueo, cirineo y Magdalena, o todos ellos son Sevilla.

Estampitas recordatorias que dormirán en los bolsillos, pero que hoy han servido de oración y beso.

Nos despedimos, hermano, para seguir soñando con la plaza del Triunfo convertida en Inmaculada; rampa de una Alcazaba que reboza buganvillas por encima de la muralla que delimita el patio de banderas, banderas de España con corazón de cruz de Vía-Crucis.

Y sigo soñando con un barrio de leyendas que siempre lo esperó, amorío antiguo de un ¿Por qué no los martes santos? Aunque nosotros sepamos, hermano, lo imposible de ese amor. Barrio convertido hoy en centro del universo por momentos, que toma el nombre de la Hermandad decana del día.

Me cuentan que en el cielo se han alquilado balcones, pero aquí en nuestra ciudad, porque los que un día se fueron para estar con Él para siempre, no quieren perderse el triunfal paseo. Hay un balcón repujado por Román Seco con metal del palio antiguo, donde están los fundadores, antiguos hermanos mayores, priostes eternos, bonetes, capas y guantes de cabretilla de párrocos de gala. Otro balcón luce los mejores encajes de trajes de novia, camareras de siempre, mocitas de La Alfalfa que hoy llevan claveles negros de respeto. Y un tercero, éste bastante mas humilde, hecho de palo de trabajadera, tiene una colgadura recia, de arpillera y lienzo moreno, donde está tu gente hermano, los de abajo, balcón con corazón henchido para verlo pasar, es el balcón de los que siempre lo han querido, sus Gladiadores.

Aparece, hermano la comitiva por la esquina de Rodrigo Caro para enfilar Mateos Gago, a rebozar porque hoy, además, es víspera de fiesta, pero cuando llegan las andas, el vocerío de las tabernas enmudece de escalofríos;
Dios por Sevilla, estiran sus ramas los naranjos, para que sus flores recién nacidas perfumen al Señor, pero al rozar su cruz no se resisten y tienen que santiguarse.

Breve rezo a las puertas de la parroquia que hará de improvisada grada, cuarteto de cuerda que convierte la calle en lo más parecido a La Gloria.

Pero continuamos rápido para casa, hermano, mi sueño quiere terminar al filo de la media noche, rezando el décimo quinto, resurrección, a los pies de su Madre, que es la tuya y la mía, imagínate un San Nicolás iluminado por candelas de amor que a medida que se apagan van terminando con mi sueño.

- Hoy si me embelesó tu sueño y la forma de contármelo, tan es así que te lo pido prestado. Pero ¿sabes hermano? A lo mejor no vamos a tener que soñarlo.

 

José Miguel Gallardo Espinosa
06 de Diciembre de 2011, Festividad de San Nicolás de Bari.

 


 

"Y toda Sevilla parece como inflamada de un alborear purísimo y sobrenatural cuando la Candelaria, entre mil destellos de pureza,
aparece meciendo su hermosura en el altar del Triunfo de la Gracia".

Hay un resplandor celeste
y una lumbre azul y blanca
y un firmamento de estrellas
en los patios del Alcázar.

Los ruiseñores despiertos,
las fuentes ensimismadas
han acallado el lamento
de su manantial de plata
y en su vertical figura
las palmeras empinadas
asoman por las almenas
el asombro de sus palmas.

¿Quién va encendiendo la noche
de esa luz transfigurada?
¿Qué luna de Martes Santo
prendió en esa Candelaria?

¡Ay quién pudiera Señora
ser esa noche fragancia
clavel humilde en tu palio
sollozo de cera blanca!

¡Ay quién pudiera Señora
desalmenar las murallas
y sentir en mi cintura
el abrazo de tus andas!

¡Carcelero del Alcázar,
abre las puertas del Cielo,
que pasa la Candelaria!"

 

José María Rubio Rubio, "Pregón de la Semana Santa de Sevilla del año 1991".

 


 

Anochece el Martes Santo

 

 

Anochece el Martes Santo en los Jardines de Murillo
entre capirotes blancos revolotean los pajarillos

La luna te esta mirando entre aromas de jazmines
mientras que tu te recreas ¡Candelaria! en los jardines.

Y la voz del capataz que anima a sus costaleros
sueñan con poder llevarte de los jardines hasta el cielo.

Resuenan tus bambalinas bajo una luna encendía,
se derrite lentamente las velas de tu candelería.

Y la calle San José es un rosario de plegarias
Dios te salve, ¡Reina y Madre! Reina y Madre ¡Candelaria!

 

Nuestro hermano: Manuel Pérez Sánchez.

 


 

NTRA. SRA. DE LA CANDELARIA (Saetas)

 

 

Tú estás llena, Madre mía,
de esa Gracia necesaria,
y el mismo cielo sabía
que Tú la ofreces el día
cuando sales, CANDELARIA.

De Plata va tu alegría
y Tu llanto va de azul,
sobre Tu pecho la Cruz
CANDELARIA, Madre mía,
cuando vas tras de Jesús.

 

Nuestro hermano: A. Fernández Montes, de su libro "Olivos y Azahares". 1982

 


 

A Nuestro Padre Jesús de la Salud

 

 

Quién pudiera, Padre mío,
ser cirineo a TU cruz,
y que del cielo una luz
te quite lo padecío.

En tu caminar sombrío
nadie te sigue detrás,
sin saber que Tú podrás
concederle esa virtud;
y llenarlo de SALUD,
del Cielo a San Nicolás.

 

Nuestro hermano: A. Fernández Montes, de su libro "Olivos y Azahares".

 


 

Pongamos que esta noche te hago un trato.
Pon Candelaria tú la gracia
que si acaso yo pondré la audacia
de llamar a llorarte en arrebato.

Una blanca pasión escribe lenta
esta hermosa noche de sereno
en la que hurgo en el amor ajeno
y adivino corazones en tormenta.

Amor en la mirada, ese amor ciego.
Amor en la razón y en la locura.
Alivio entre la pena y la amargura.
Consuelo de mi voz y de mi ruego.

Luz del mundo hosco y sin camino.
Referencia de brillo en la tiniebla.
Norte de claridad entre la niebla.
Candelaria alumbrando mi destino.

Yo soy gozo y tu mirada dolorosa.
Vivo libre aunque parezca maniatado
y sobrevuelo el tránsito cansado
que une las acacias y las rosas.

Ve clavadas las astillas del fracaso
en la triste soledad de tanta gente
Una lágrima vidriosa, impunemente
Va camino a los labios del ocaso.

La quietud dolorosa, sorda y ciega
Sólo tiene una salida en la tristeza.
El perfil de tu beso, tu belleza
Y el dispendio de luz en la refriega

Entregarse al amor y a tu plegaria
Es entregarse sin freno ni medida.
Es regalarte un alma arrepentida
Y cobrarse con tu luz indumentaria

Una lágrima sin pena y sin horario.
Una luz vigorosa y solitaria.
Una voz, un jardín, un escenario.
Una madre de Dios, la Candelaria.

 

Nuestro hermano: C. Herrera Crusset, de su "Pregón de la Semana Santa 2001".

 


 

A Nuestro Padre Jesús de la Salud

 

 

Nazareno de mi amor
te llamas de la SALUD,
y ese surco de dolor
lo abres Tú Salvador,
con el peso de la Cruz.

Mi Nazareno Jesús,
es pequeño y milagroso,
y aunque grande es Su Cruz,
Su Cuerpo es tan poderoso.
ofreciendo va

 

Nuestro hermano: A. Fernández Montes, de su libro "Olivos y Azahares". 1982

 


 

 

 


Real, Imperial, Ilustre y Fervorosa Hermandad del Santísimo Sacramento, Ánimas Benditas, Nuestra Señora del Subterráneo y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Salud, María Stma. de la Candelaria y Señor San Nicolás de Bari.
Parroquia de San Nicolás de Bari y Santa María la Blanca C/ Federico Rubio, 4 - 41004 Sevilla.
Tlf: 954 22 68 69